Cuando ocurre un siniestro —un accidente de tráfico, un incendio en una vivienda, un daño por agua o una incapacidad laboral—, el primer impulso del asegurado suele ser acudir directamente a su aseguradora. Sin embargo, no siempre el proceso es tan transparente ni favorable como se espera. En estos casos, contar con un abogado especializado en seguros no solo es útil: puede ser la diferencia entre una indemnización justa y una negativa frustrante.

¿Por qué recurrir a un abogado en una reclamación de seguro?

Interpretación del contrato de seguro

Las pólizas están redactadas en un lenguaje técnico y, a menudo, con cláusulas limitativas que el asegurado medio no comprende en su totalidad. Un abogado puede interpretar correctamente las condiciones generales y particulares, identificando coberturas, exclusiones y límites de responsabilidad.

Negociación con la aseguradora

Muchas reclamaciones son reducidas o rechazadas parcialmente. Un abogado actúa como representante legal para negociar con la aseguradora en pie de igualdad, defendiendo los derechos del asegurado con argumentos jurídicos sólidos.

Detección de mala praxis aseguradora

Hay casos en los que las aseguradoras incurren en prácticas abusivas, como demoras injustificadas, ofertas de indemnización por debajo del valor real del daño o rechazo de siniestros sin fundamentos. En estos escenarios, un abogado puede documentar y denunciar tales prácticas, e incluso iniciar acciones judiciales.

Fase judicial o extrajudicial

Si no se llega a un acuerdo amistoso, el abogado puede iniciar una reclamación judicial, ya sea vía procedimiento ordinario, verbal o incluso a través del arbitraje de seguros o la vía del defensor del asegurado, si la póliza lo contempla.

Valoración pericial del daño

En ocasiones es necesario contraponer el informe pericial de la aseguradora con uno independiente. El abogado coordina con peritos de confianza para que el valor del daño esté debidamente respaldado y sea defendible jurídicamente.

¿Cuándo es indispensable contar con un abogado?

• Cuando la indemnización ofrecida no cubre todos los daños reclamados.
• Cuando el siniestro es rechazado por una causa discutible.
• Si se han producido lesiones personales o fallecimientos.
• En seguros de responsabilidad civil con varios afectados o partes implicadas.
• Cuando hay discrepancia entre informes periciales.
• Si se ha producido una cancelación de póliza de forma unilateral por parte de la aseguradora.
• En cualquier caso en que el asegurado se sienta en desventaja frente a la aseguradora.

Conclusión

Aunque muchas personas gestionan sus seguros directamente con la compañía, no siempre están en condiciones de hacerlo de forma justa o efectiva. El abogado especializado en seguros no es solo un recurso de última instancia: es un aliado preventivo y estratégico que garantiza que los derechos del asegurado sean plenamente respetados.